Saleros y Cabecicos de Villena

Los alrededores de Villena, en la provincia de Alicante, son una síntesis de la evolución ancestral de los paisajes de nuestro entorno. En su configuración se aúna, por un lado, las estructuras naturales subyacentes y la capacidad modificadora del hombre y, por otro, la iniciativa individual con la fuerza legisladora que permitía intervenir en el territorio. La llanura que se emplaza en la parte baja de la ciudad de Villena (entre las sierras de la Villa, del Castellar, de En medio de Salinas, de la Cabrera y del Fraile) es una antigua cubeta endorreica, es decir, una zona en la que las aguas no salen de ella, quedándose estancadas en una laguna, que, además, está jalonada por una serie de pequeñas elevaciones, denominadas cabezos. En 1803 se inician las obras de desecación del humedal, construyéndose un canal, la Acequia del Rey, que drena las aguas hacia el río Vinalopó. Parte de las tierras se aprovecharon para cultivos mientras que otras, debido al gran contenido en sales de las rocas y el suelo, se dejaron improductivas. La explotación de sal, por medio de salinas, fue otra de las actividades que se desarrollaron en la zona de la laguna.

Al pie del Cabezo de la Virgen, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes (S. XVI). Cercana al desagüe de la acequia del Rey en el río Vinalopó, todavía queda gran parte de la antigua colonia industrial de Santa Eulalia, levantada a finales del siglo XIX a raíz de la ley de colonias de 1868. En la actualidad, la extensión que antiguamente ocupaban las lagunas forma parte de la red Natura 2000 debido a su consideración de zona húmeda que alberga hábitats salinos de relevancia.

El itinerario propuesto (de unos 13 km, a pie y de dificultad muy baja) integra todas esas singularidades paisajísticas: se inicia en la Colonia de Santa Eulalia y finaliza en el Santuario de las Virtudes, atravesando los distintos ambientes (agrícolas y naturales) que se encuentran en el terreno desecado de la antigua laguna.