Desde Benicássim hasta Pego, en el arco que forma el golfo de Valencia, se forma la depresión litoral, cuyos tres principales rasgos físicos son la cercanía al mar de los sistemas montañosos (Ibérico, al norte y Bético, al sur), la transición hasta el mar de los sistemas fluviales (Mijares, Palancia, Turia, Júcar, Serpis, Bullents, Racons) con zonas pantanosas y la formación de un largo cordón dunar que conllevó, junto a surgencias de agua (ullals) y los aportes de los ríos, la aparición de un continuo de humedales litorales. Es un amplio corredor natural que ha facilitado el asentamiento de poblaciones y que, en la actualidad, muestra una mezcla de paisajes fruto de la combinación histórica del fondo ambiental (transición montaña-litoral), el continuo cultural (sistemas de regadío) y el presente socio-económico (desarrollo industrial y turístico).
En el sector septentrional, al sur del río Júcar, entre el cabo de Cullera y el de la Nao, la combinación actual de esos tres factores es patente, existiendo además ejemplos singulares de cada uno de ellos, como son el cordón dunar con su vegetación particular, las marjales y, sobre todo, els marenys (zonas bajas inundables inmediatamente posteriores a las dunas), la presencia de sistemas tradicionales de riego y espacios de veraneo del turismo interno y nacional.
El itinerario, aunque temáticamente similar, se ha diseñado en dos modalidades: a pie y en bicicleta. Ambos de dificultad baja, el primero recorre todo el cordón dunar desde la playa de Tavernes de Valldigna hasta el paseo de Gandía (unos 8 km); el segundo, recorre en bicicleta el mismo sector desde Tavernes hasta Daimús por caminos que atraviesan els marenys, los marjales, el cordón dunar y el paseo marítimo de Gandía.