Los paisajes suelen estar definidos por un conjunto de características que son las que les dan sus patrones identificadores. Son propiedades (topografía, vegetación, costumbres y usos que la población hace en ellos) que en su conjunto hacen que los percibamos diferentes y sepamos distinguir unos patrones de otros.
Pero, también, es común encontrar algunos elementos que, si no prestamos una atención suficiente, pasan desapercibidos. En realidad, son pequeños signos de alguna actividad enmascarada en ellos o restos de paisajes anteriores que, en la actualidad, ya no existen pero que en un pasado no muy lejano pudieron ser tan significativos como los actuales en los que se encuentran.
En la provincia de Castellón encontramos dos ejemplos singulares de esas propiedades del paisaje. Uno de ellos es la proliferación de escondites para la caza, conocidos como “paranys”, práctica de caza no selectiva en la actualidad prohibida, pero que todavía puede reconocerse en la adecuación de los árboles para realizarla. El otro, es la proliferación de elementos de los antiguos paisajes de la Plana de Castellón. Casas, balsas, norias, pequeños sistemas de riego, entro otros, eran las construcciones que estructuraban el escenario agrícola de esa amplia zona, que ahora quedan escondidos en la gran extensión de campos dedicados al cultivo de cítricos.
El itinerario propuesto, de dificultad baja, se inicia en Artana y se prolonga hasta las inmediaciones de Bechí. Utilizando como escusa la localización de paranys y elementos antiguos escondidos en el terreno, iremos también viendo los contrastes de los paisajes que se encuentran, a lo largo de los doce kilómetros, entre ambas poblaciones.