Algunos paisajes evolucionan y otros son modificados de acuerdo a las directrices (que no siempre necesidades) de la sociedad que los ocupa. En España, las zonas con costa y playa han sido desde hace muchas décadas lugares golosos para la transformación del territorio gracias a la implantación de modelos sociales y económicos que demandan suelo y espacio. La consecuencia ha sido la radical transformación de unos paisajes fundamentalmente agrícolas por otros donde dominan las edificaciones y el cemento.
El término municipal de Castellón de la Plana es paradigma de tales modificaciones. Hace un tiempo, presentaba una división de paisajes muy clara y definida: al interior, el dominio de los cultivos de secano; le seguía una amplio sistema de regadío en el que se distinguía zonas de huertas y naranjos de los arrozales, señal de la existencia de un marjal, éste todavía presente a principios del siglo XX en la laguna de “Lluen”; la transición a la costa se hacía a través de los prados del humedal y de un pinar, mientras que hoy en día se hace por medio de varias líneas de edificaciones y un campo de golf entremezclado en el antiguo pinar. El conjunto paisajístico quedaba completado por el Puerto. El futuro paisaje será más urbano sobre todo a costa de la zona de regadío y la antigua marjalería.
El itinerario propuesto, a pie y de dificultad baja, se ha basado en la reconstrucción de los paisajes de hace 100 años y su comparación con los existentes ahora. Desde el interior a la misma playa (con baño incluido), será un paseo distendido por un pasado que poco a poco va desapareciendo.