Los ríos valencianos, los que tienen todo su recorrido en la Comunidad Valenciana, son de longitudes cortas y con pendientes medias altas, debido sobre todo al accidentado relieve que tienen que atravesar, recorriendo una variedad de paisajes entre los que destacan los propios fluviales (cañones, llanos, terrazas fluviales) y los de su entorno inmediato. En ellos, además, se han ido realizando una variada actividad que va desde la construcción de embalses hasta el uso de sus aguas para abastecimientos diversos entre los que se incluyen los regadíos.
El Magro, afluente del Júcar, es un ejemplo característico de este tipo de río mediterráneo valenciano. De aproximadamente 130 km de longitud, atraviesa distintos ambientes topográficos desde su nacimiento en la Sierra de Mira, pasando por la llanura de la Plana de Utiel-Requena, para posteriormente atravesar la Sierra de Mártés, abriéndose finalmente a una cada vez más amplia llanura a la altura de Turís.
El itinerario propuesto, de dificultad baja y aproximadamente 11 km de recorrido, se centra en las características paisajísticas del Magro en su parte central (En la Sierra de Martés). En esta zona se combinan características propias del río, como su tortuoso devenir al atravesar el sistema montañoso, con los paisajes de su alrededor montañoso y las intervenciones hechas en él para aprovechar sus aguas (el embalse de Forata y el canal del río Magro).