El Regadío de la Plana y la Transformación del Paisaje

Inicio del recorrido en el Paraje Natural Municipal “Ermita de la Magdalena” (2006), donde se encuentran los restos del “castell vell”, “hisun” árabe, sobre el que se ha intervenido recientemente. Cuenta la tradición que desde este lugar bajaron los antiguos pobladores al llano para fundar la ciudad.

Junto a él, la antigua “Cantera de les Serretes” que proporcionó materiales para la ejecución del puerto, desplazados hasta allí mediante una línea de ferrocarril ejecutado expresamente para ello, que está en funcionamiento en la actualidad desde el apeadero de Las Palmas hasta el Puerto.

El itinerario, de 7km de longitud y dificultad baja, discurre desde ahí hasta el centro de la ciudad, atravesando la zona de regadío.
La ermita de Sant Francesc de la Font, junto al antiguo Camino de las Villas de Benicasim y al ferrocarril del puerto, en la partida de “Cap”, así conocida por acabar tras los muros de la ermita el “cap” (cabeza) de la Acequia Mayor, pocos metros antes que ésta vierta sus aguas sobrantes en el «Molí la Font». La ermita llegó a estar en estado ruinoso, llevándose a cabo su restauración a mediados de los años 70.

El “Molí de la Font” es un manantial de agua dulce, situado antiguamente entre campos de naranjos, olivos y algarrobos (hoy parcelas abandonadas) en el paraje Font de la Reina. A unos veinte metros del manantial, se encuentra el antiguo molino (harinero, de tejidos y arrocero). La estructura de canales cercana al ullal permite que los primeros metros del caudal queden retenidos en una pequeña charca rodeada de carrizos (senill) y eneas (boga), que hacen de marco natural a una amplia variedad faunística. Desde este punto inicia su recorrido la Acequia de l’Obra hacia el mar.

Transitaremos entre huertos de cítricos (naranjas y mandarinas), llegando hasta la basílica de Nuestra Señora del Lledó, entrando a la ciudad a través de un barrio de reciente creación, llegando al camino tradicionalmente utilizado en la romería que se realiza hasta la ermita de la Magdalena en la celebración de las fiestas fundacionales de la ciudad. Se conserva su traza, pero su carácter ha desaparecido por completo al ser absorbido por la trama urbana. Persisten los antiguos molinos de la Acequia Mayor, “Primer y Segon Molí” (harineros) restaurados para otros usos en la actualidad. Terminaremos en la Plaza Mayor, centro neurálgico de la vida en la ciudad, apertura urbana en el interior del trazado de calles y callejuelas del originario núcleo de la población.