Los corredores naturales se caracterizan por ser estructuras lineales, normalmente angostas, y continuas que facilitan la conectividad entre espacios de distinta naturaleza, formando franjas que se diferencian del paisaje circundante a ambos lados de ellas. Lógicamente, se distinguen varios tipos, siendo los corredores fluviales los más singulares y característicos al integrar distintos aspectos patrimoniales, entre los que destacan los ecológicos, los culturales y los legislativos.
El río Mijares, desde su nacimiento en Teruel, es un ejemplo de corredor fluvial de corto recorrido en el que se encuentran aspectos del paisaje propios de ellos como los ecológicos (vegetación de cauce con aguas permanentes), los procesos geológicos (hoces o cañones) y aprovechamientos hidráulicos con centrales hidroeléctricas embalses y sistemas de regadío fluvial tradicionales.
A su paso por el municipio de Olba, el Mijares sintetiza los paisajes desarrollados sobre su corredor fluvial de forma singular pues, para el mejor aprovechamiento del agua, el término municipal se construye con una multitud de aldeas que se asoman al río y sus pequeñas vegas.
El itinerario se ha diseñado en dos modalidades: a pie (dificultad baja) y en bicicleta (con algunos tramos en ascenso). El primero, caminando, recorre los paisajes del río Mijares desde el desvío de la carretera a las aldeas de la Artiga y la Civera hasta la población de Olba, en una distancia aproximada de 10 Km. El segundo (25 Km.), se inicia en la vía verde de Ojos Negros en Carrión, continúa por la carretera TV-2001 por las anteriores aldeas, pasa por Olba, y finaliza en el caserío de los Lucas.